Datos personales

Mi foto
PRADO, Montevideo, Uruguay
SOY DE LOS QUE PIENSAN QUE ESCRIBEN

martes, 16 de diciembre de 2008

La leyenda de la torta mil hojas

El cruce entre Larrañaga y Burgues no fue una pelea entre personajes históricos de nuestro país, era simplemente una calle, pero en ésta, muy transitada por cierto, solían hacer de las suyas “El Mati” y Anselmo, dos niños hijos de familias de la zona. La familia de Matías era más humilde que la de Anselmo, pero pese a las diferencias eran “más mejor amigos” como decía Mati...
25 de Febrero por la mañana, era esa hora en el día en la que se aburría el más gracioso y el más tranquilo dormía, pero Anselmo era de los que se aburría, caminaba toda la cuadra y volvía, veinte veces igual, mucho calor, y sólo llevaba puesto una camiseta a rayitas, roja y verde, con un short de marinerito. En una de sus vueltas se encuentra en la ventana de Doña Esmeralda, la vecina Checa con nombre latino, que cocinaba como una diosa griega, que en realidad no cocinaban las diosas pero las subditas le hacían los banquetes, bueno!!!, así cocinaba Esmeralda, con devoción y pasión. Anselmo se acercó a la ventana esperando la típica torta apoyada en el soporte de la ventana, pero no, se encontró un panorama terrible. Asomó apenas los ojos por sobre la ventana, viendo en el suelo a Esmeralda, muerta, tirada con abandono, olvidada por sus seres queridos. En ese minuto de shock en el que se veía envuelto Anselmo, llega corriendo El Mati, a los gritos, muerto de risa, cosa que de golpe se trago toda la sonrisa, quedando duro a la derecha de Anselmo. Luego de un rato en que la curiosidad paso a ser miedo, el miedo pasó a ser desesperación, hasta que corrieron a avisar a sus padres. Con el tiempo se supo que la Checa con nombre latino había muerto de cansancio por ofrecerse hacer cuatro tortas mil hojas para una fiesta familiar, cosa que la Checa se había tomado al pié de la letra lo de “mil hojas” e hizo cuatro mil hojas de masa para tortas. En la tres mil doscientos dejó de existir, cayendo sobre su propia ignorancia y pasión por lo que hacía...

3 comentarios:

luliexperiment dijo...

las mil hojas de la ignorancia pueden matar a la pasion y el humor se hace cada vez mas tetrico...realismo magico y cliche tercermundista...

muy buenooo!

De la Prada dijo...

Genial. Me encantan los nombres q le das a los personajes, Anselmo, Esmeralda q como dices "cocinaba como una diosa griega" "así cocinaba Esmeralda, con devoción y pasión" así cocino yo a veces y me encantan esos piropos.
Me gustaría saber si detrás de ellos hay personas reales, me imagino q en algunos casos sí.Besos

Unknown dijo...

me gustó....

vas aprendiendo a hacer los cuentos con menos adjetivos y redundancias enfocándote en la imagen de lo que querés contar...

comparto el comentario de luliexpediment y de la prada en lo original de los nombres y del cliché tercermundista...

quizá yo le habría agregado alguna reacción porterior de los pibes... con humor o drama... según

pero esto por criticar nomá

P:D: Quién fué el que le encargó cuatro mil milhojas a la vieja... que hijo de puta.....